Bienvenidas y bienvenidoS


Hay varias formas de llegar a este blog:

Eres alumno de la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla. Probablemente te habrán dicho tus compañeros de segundo curso que hay un blog con un nombre raro para la asignatura de Literatura Dramática II pero que no saben muy bien para qué sirve. Te lo digo yo: pretende ser un lugar en el que se comparten ideas, apuntes y reflexiones sobre la materia impartida en la asignatura. Tus sabios comentarios serán bienvenidos.

No eres alumno de la ESAD de Sevilla. Probablemente hayas llegado aquí bien porque te has enterado por el feisbuk de alguno de los participantes del blog bien porque has hecho una búsqueda muy rara. Este blog no está pensado para ti, seamos sinceros, pero serás bienvenido con tus comentarios respetuosos y sabedor que quienes escriben en este blog son estudiantes.

Eres profesor de la ESAD. Quédate tranquilo porque los alumnos tienen órdenes estrictas de no escribir sobre profesores de la ESAD (excepto yo, que puedo ser utilizado en un máximo de dos citas por entrada), el Real Madrid, Ana Milán y la PS3.

Eres alumno de Juan Alberto Salvatierra. En este caso, has llegado al blog porque no te queda más remedio si quieres aprobar la asignatura. Te recuerdo que tienes que publicar una entrada bien bonita, con sus enlaces a otros sitios, imágenes, videos y esas cosas, a lo largo del curso sobre el asunto que te dé la gana. Aviso que la corrección la haré directamente sobre el blog.

Sin más dilación, y agradeciendo a los que han hecho el blog su trabajo desinteresado, doy por inaugurado este lugar cibernético de intercambio informativo literario dramático.

lunes, 31 de enero de 2011

El TRATAMIENTO DEL CONCEPTO “JUSTO MEDIO” EN GRECIA

               Hay una contradicción implícita en el tratamiento griego que se hace de este concepto. Por un lado, consideraban virtud a esa manera de tomar decisiones y llevarlas a cabo de forma controlada y medida, sin embargo, eran las personas desafiantes que sobrepasaban ese justo-medio las que hacían avanzar a la sociedad.  Para Aristóteles la felicidad se encontraba en la virtud, que él definió como la predisposición para hacer el bien; una motivación interna que nos lleva no sólo a hacer lo que es correcto sino a amar lo que es correcto. La prudencia es la virtud que adquiere el hombre que ha elegido correctamente el justo medio en muchas oportunidades. De ahí, que la virtud ética suprema para Aristóteles sea la justicia. Pero este razonamiento parte del autocontrol del hombre y de lograr el equilibrio entre dos extremos viciosos. Y además a esto se suma el hábito de hacerlo como una constante en la vida diaria, en este caso, de los griegos. 

         Sin embargo, en las tragedias griegas veíamos como los personajes que ejemplificaban al héroe eran personas que habían optado por sobrepasar este justo-medio. En ese momento, el teatro da a conocer una historia ejemplar, pero ésta negaba los propios preceptos sociales establecidos. Puesto que los adalides que hacían avanzar a la sociedad, precisamente eran los que hacían oídos sordos a esta virtud. Este concepto se ve perfectamente en la obra de Edipo. El protagonista no es consciente de su destino y sobrepasa todos los límites, pero es capaz de hacer sacrificios por un reino entero. De esta manera, el ciudadano griego recibía un mensaje con doble sentido: “Debes ser virtuoso, aunque nunca cambiarás el mundo de esta forma”. 

         En este sentido, esta concepción de la virtud se asemeja a los tiempos actuales, en los que la sociedad (o la política) intenta configurar a la persona a su imagen y semejanza. De esta manera, ser un ciudadano modelo también tendría que ver con esta forma de ser virtuoso. Es decir, busca que el ser humano pueda ser manipulable. Sin embargo, también se nos muestran en las artes a los héroes sobrepasando los estigmas establecidos. Lógicamente, la comparación dista mucho por la diferencia de cultura y formas de pensamiento; pero al fin y al cabo viene a ser similar en cuanto al fin: la sociedad quiere generar individuos manejables y el arte nos muestra la grandeza de las personas que hacen al mundo avanzar. Aunque, por suerte, hoy día el imaginario colectivo tiene más claro este asunto. Gran parte de la sociedad conoce el doble juego del estado: la educación basada en formar a individuos que no hagan ruido y acaten las normas, y por otro lado, premia a los que destacan. 

         En definitiva, la contradicción está servida. El teatro griego ya nos muestra un esbozo de lo que actualmente se sigue viviendo, aunque con claras y lógicas diferencias. El justo-medio se convierte así, en un sin sentido, en cualquier etapa de la historia.


 
CARMEN MARÍA MORAL PÉREZ
2º A

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