Nos encontramos en Grecia, en una fiesta ditirámbica, los danzantes disfrazados de sátiros se encuentran suficientemente embriagados y van a ofrecer el sacrificio al Dios Dioniso.
SÁTIRO1. ¡Cómo es posible que no hayas encontrado un carnero para el sacrificio!
SÁTIRO2. ¿Qué quieres? Se me ha echado el tiempo encima. ¿Por qué tengo que ser yo el que prepare todo?, el vino, el carro, la timele para el sacrificio, y encima me pides que encuentre un carnero en tan poco tiempo. Lo siento, tendrás que conformarte con un cerdo, esto es lo que he encontrado.
SÁTIRO1. ¡Por los Dioses! Dioniso va a pensar que nos burlamos de él.
SÁTIRO2. No te preocupes, no creo que distinga desde tan lejos, además debe estar bien borracho, para eso es el Dios del vino ¿o no?
SÁTIRO1. ¡Estás loco! Y ya es la hora del sacrificio. (Resoplando) ¡Que sea lo que Dioniso quiera! Al menos envuelve el cerdo en una sábana mientras lo llevas al altar para que nadie lo note.
Inicia la ofrenda, el sátiro coloca el cerdo en el altar y lo sacrifica. Todos inician la danza y gritan.
TODOS. ¡Evohé!
Se escucha un gran estruendo y caen rayos. Todo queda en tinieblas. Se hace la luz y aparecen los sátiros en Sevilla del siglo XXI, en el laberinto de setos del Alcázar.
SÁTIRO2. ¡Pellízcame! Sí que era de buena calidad este vino, ja, ja, ja, adivina lo que estoy viendo, te veo en un laberinto.
SÁTIRO1. ¡Imbécil! Hemos enfurecido a Dioniso con la ofrenda y creo que nos ha enviado al laberinto del Minotauro para que nos coma.
SÁTIRO2. ¡Ahhhhh! (Se arrodilla mirando al cielo) ¡Perdónanos por favor, no volverá a ocurrir! (Esperando respuesta) ¿Qué hacemos?
Se escuchan tambores
SÁTIRO1. ¡Corre, coooorre! ¡Debe ser el minotauro!
Empiezan a correr con todas sus fuerzas y al oír el sonido de tambores más intenso trepan por encima de los setos y saltan al otro lado saliendo del laberinto. Ha ido oscureciendo a medida que buscaban la salida, ahora es totalmente de noche, se escucha una marcha de Semana Santa. Salen del alcázar y se hace la luz con las farolas de la calle. Un paso de Virgen pasa por delante de la catedral.
SÁTIRO2. ¡Ohhh! ¿Dónde nos ha enviado Dioniso? ¡Esto no es Grecia! ¡Qué trajes más raros llevan! ¿Y estos templos?
SÁTIRO1. ¿Has visto esos que llevan luces y no tienen caras? Deben ser seres del Hades que custodian a esa Diosa.
SÁTIRO2. Eso es, tú lo has dicho, una Diosa, ya sé lo que podemos hacer para que nos perdone Dioniso. Podemos llevarle a la nueva Diosa para que forme parte del Olimpo, seguro que así se le pasa el enfado. Últimamente estaba un poco triste, la nueva Diosa le alegrará.
SÁTIRO1. Pues… aunque seas tú el que lo diga, no es mala idea, a lo mejor por eso nos ha enviado a este lugar, tenemos que conseguir llegar hasta la Diosa. Vamos, ten cuidado con los que custodian, es mejor que los evitemos.
SÁTIRO2. ¡Vaya si hay gente! ¡Que no se puede andar! Esta diosa debe hacer maravillas.
SEVILLANOS. (Murmurando) ¡Qué falta de respeto! Hay que ver como vienen a ver a la Virgen, igual que si fueran a los carnavales. ¡Qué poca vergüenza! Si no son creyentes que no vengan a estropearnos nuestra semana santa y se queden en su casa ¡Mira como hieden a alcohol!
Los sátiros se abren camino y consiguen llegar al paso, el capataz escandalizado observa cómo los sátiros suben a saltos hasta el palio de la Virgen.
CAPATAZ. ¡Sacrílegos, bajad de ahí ahora mismo! (Dirigiéndose al Hermano Mayor) ¡Llamad a la policía enseguida!
Salen todos los costaleros del paso.
COSTALEROS. ¿Qué está pasando aquí?
El clamor de la gente es estrepitoso, indignada, insultando e impeliendo a bajar a los sátiros.
SÁTIRO1. Date prisa que vienen por nosotros. Empieza la ofrenda que no tenemos tiempo.
SÁTIRO2. ¿Yo?
SÁTIRO1. ¿Quién si no? Tú eres el que ofreció el cerdo, imbécil. ¡Rápido!
SÁTIRO2. Dios Dioniso, para reparar el daño causado…
El capataz ha cogido la escalera apoyándola en el paso, ha subido a ella. Por el otro lado un costalero también ha subido con otra escalera, ambos atrapan a los sátiros e intentan tirar de ellos.
SÁTIRO1. ¡Vamos, termina la ofrenda de una vez! Si consiguen llevarnos de aquí estamos perdidos para siempre.
Forcejean con el capataz y costalero pero no consiguen desasirse de ellos
SÁTIRO2. No puedo soltarme. ¡Ahhh! ¡Que me bajan! (Dirigiéndose al capataz) ¡Por favor, por favor, deja que suba solo un momento y tu Diosa pasará a ser la más grande del Olimpo!
CAPATAZ. ¿Qué dices “pirao”? (Riendo) Tú sí que vas a ser el más grande del Olimpo de los presos.
SÁTIRO2. Créeme, tengo influencia, allí tu Diosa no necesitará ser protegida por los seres del Hades.
CAPATAZ. ¿Qué me estás contando? ¿De dónde te has escapado? De aquí no te mueves. Ahí está la policía.
SÁTIRO1. (Gritando) O haces algo ya o estamos confinados a este mundo para siempre.
CAPATAZ. Aquí tienen a éste majareta, está para llevarle a los loqueros.
El policía saca las esposas mientras el costalero se acerca con el otro sátiro. Al realizar la entrega del sátiro2 al policía el sátiro1 golpea a éste con una patada tirándole las esposas. El sátiro2 queda anonadado.
SÁTIRO1. Corre imbécil, sube y haz la ofrenda a…
El policía ha sacado la porra y ha golpeado al sátiro1 que queda inconsciente, mientras tanto el sátiro2 reacciona y escapa corriendo hacia la Virgen, los asistentes a la cofradía intentan agarrarle pero él consigue escapar dando coces y codazos, liberándose de todas las manos que le aprisionan como si hubiera sido dotado de una fuerza superior y de un brinco salta junto a la Virgen.
SÁTIRO2. (Jadeando) Grandísimo Dios Dioniso te ofrezco esta nueva Diosa para que te acompañe en el Olimpo. (Mientras tanto el policía ha subido al paso y apresa al sátiro que empieza a gritar desesperado) Responde a nuestras plegarias, prometo ofrecerte no uno sino tres carneros en la próxima fiesta.
El policía lo baja del palio, en ese momento suena un fuerte estruendo y caen rayos. Se apagan todas las farolas y las velas. Al volver la luz la Virgen ha desaparecido y también los sátiros.
CAPATAZ. ¡Santo Dios bendito! Esto es cosa del demonio, la Virgen ha desaparecido.
COSTALERO. ¡Los profanadores han escapado!
CAPATAZ. ¡Que Dios nos ayude!
El capataz se arrodilla ante el palio y comienza una oración, todos los asistentes se arrodillan igualmente y se produce un rezo común seguido de un silencio ensordecedor.
Estrella Castelló Sellés
Para empezar, tirón de orejas: faltas de ortografía y formato teatral inadecuado. Es importante también respetar las normas ortográficas y el estilo.
ResponderEliminarRespecto al contenido de la escena, más allá de lo que muchos denominarían sacrílego, creo que has captado el espíritu burlón y dionisíaco de los sátiros. Sin duda es lo mejor de la escena. No dejo de reconocer que el hecho de que los sátiros roben la imagen de la virgen también puede tener una interpretación metafórica y lo relaciono con la expansión de los panteones griego y cristiano.
Respecto a la estructura dramática de la escena, ¿no crees que falta algo?
El significado del robo de la virgen es el siguiente: Por un lado equiparación de ambas culturas en cuanto a adoración no de un solo Dios sino de varios; en Grecia es evidente y en el catolicismo, en el que aparentemente se adora a un solo Dios,no es así puesto que existen múltiples imágenes de vírgenes y santos donde elegir. Por otro lado representa la adopción por Grecia de otros Dioses que pertenecían a otras culturas y pasaban a formar parte del Olimpo.
ResponderEliminarEn cuanto a ortografía, formato y estructura,intentaré arreglarlos.
Estrella
Observo que al publicar el documento en el blog el formato ha sufrido cambios que están fuera de mi control. Por ello el tipo de letra es la misma en diálogos y acotaciones o la primera línea no aparece justificada.
ResponderEliminarPor otro lado:
¡Profe! quiero agradecerte las correcciones que me indicaste para ayudarme a mejorar.
Rectifico:
ResponderEliminar¡Profe!Quiero agradecerte... ¡Que me iba a llevar otro tirón de orejas!